DE LA CONFRONTACIÓN AL CONSENSO
La crisis no nos deja, va para largo, dicen… La maldita crisis de la avaricia y de la ambición desmedida de unos pocos, la estamos pagando la mayoría que nada tuvimos que ver con su génesis perversa. Trabajadores, autónomos, pequeños y medianos empresarios, instituciones, casi nadie se ha librado de sus destructores efectos. Por el contrario, los paraísos fiscales, siguen siendo tales, las cuentas bancarias opacas siguen engordando y tan sólo unos pocos, quizás los causantes principales de este desaguisado de tanta magnitud, ni se han enterado. Y lo peor, las medidas que aplican los gobiernos ponen su punto de mira en los que sufren y no en los causantes del sufrimiento.
El estado de bienestar hace agua: los derechos de los trabajadores en rebajas permanentes, el sistema de pensiones amenazado, los despidos más baratos; y las instituciones también. Endeudamiento y falta de financiación, constituyen en la actualidad un denominador común que atenaza a los gobiernos autonómicos y a las instituciones locales. Y nuestro gobierno mira hacia otro lado, sin mover un solo músculo que alivie a los ayuntamientos de sus problemas.
Nuestro ayuntamiento, se ha resentido y mucho, de la crisis, una crisis especial en nuestro caso, agravada por deudas pasadas y acreedores recientes, cuestión en la que no voy a entrar, pues ya es conocida por quienes siguen un poco esto de la cosa pública. A ello se le ha unido la falta de una planificación urbanística adecuada (todavía no tenemos aprobado el Plan General, a pesar que se ha avanzado en el tema) y que la carencia de suelo industrial adecuado para diversificar nuestro tejido industrial, otrora quasi monocultivo, tanto que así nos va.
Con todo lo que nos ha caído y lo que se nos viene encima, soy de los que creo firmemente que los partidos políticos, en Novelda al menos, y no veo por qué no en otros niveles, tenemos que mudar actitudes, cambiar el “chip” (como se dice ahora) y buscar puntos de encuentro. De los errores se aprende. Nuestra sala de plenos se ha convertido, desgraciadamente, en demasiadas ocasiones, en un lugar paradigmático de la palabra altisonante, la descalificación y la confrontación personal estéril, en lugar de ser un foro permanente y saludable de confrontación de ideas y búsqueda de soluciones desde la diversidad. Todos hemos de entonar parte del mea culpa. Estoy convencido que debemos, todos sin excepción, pasar página y profundizar en el diálogo para intentar soluciones. Y soy optimista. Observo como en los últimos plenos, salvo puntuales discursos un tanto encendidos, quizás por el momento preelectoral en el que estamos inmersos, las intervenciones tanto del portavoz del PP como las de los portavoces y concejales de los distintos partidos del equipo de gobierno, un cambio positivo en las formas, que sin duda puede actuar como lubricante en las vías del diálogo y el consenso, tan necesarios en los tiempos difíciles que todavía quedan por vivir. El Bloc presentará en su próximo programa electoral una serie de propuestas encaminadas a facilitar la consecución de consensos en los temas más relevantes.
La participación y el diálogo, fue una de los principios básicos del programa electoral de Compromís en 2007. Creo que los tres concejales que hemos conformado la coalición no hemos cejado en el empeño de conseguir un ayuntamiento más dialogante y participativo. A las pruebas me remito. Nunca anteriormente se había producido una participación como la de esta legislatura. Quizás otros no hayan estado a la altura, allá cada cual con su responsabilidad. Participación y diálogo, que en época de crisis como la que estamos viviendo, se nos antoja insuficiente. Creo que debemos dar un paso más en estos momentos tan complicados y difíciles que nos está tocando vivir y buscar consensos en aspectos esenciales para el devenir de nuestro pueblo y de nuestro ayuntamiento. Los temas económicos y la planificación urbanística así como el desarrollo de suelo industrial pueden y deben ser un punto de partida para explorar los caminos hacia el consenso.
El proyecto de presupuestos de 2011 está sobre la mesa, ya me gustaría que el Partido Popular hiciera sus aportaciones antes del Pleno para poder estudiarlas con detenimiento y discutir su viabilidad. El Plan General necesita de una gran dosis de consenso, de lo contrario no servirá a la ciudad, hemos de actuar con la generosidad y la inteligencia suficiente para que el Pla General sea más el Plan de la ciudad que el de determinado partido político. La puesta en funcionamiento de suelo industrial tendría que ser motivo suficiente para que los partidos con representación municipal se pusieran a trabajar con ese objetivo fundamental. Y es que a veces los árboles de cada parcela nos impiden ver el bosque de la comunidad.
Víctor Cremades i Payà, portaveu del Bloc